Las excusas parecen no terminarse para Europa. El nuevo tratado ha dejado a todos en un sinvivir de dudas y expectación. Aunque en las islas helenas no tardaron en desalojar y desmantelar todos los campos, en Idomeni llevan otro ritmo, y no es de extrañar ya que, a los ojos de Europa, Idomeni es como un avispero cansado, enfadado y peligroso, y no les conviene zarandearlo en demasía.
En Lesbos, los refugiados son técnica, aunque no oficialmente, reclusos convictos, ya que el Tratado de la UE con Turquía ha convertido mágicamente la palabra “refugiado” por “inmigrante ilegal” y eso da la potestad a Europa para recibirles como meros delincuentes.
Las llegadas de dinghis a las costas continuaron un par de días a pesar de que los ocupantes de los campos eran llevados esposados de pies y manos a un ferry con destino incierto; quizás por mantener la esperanza, quizás por desinformación.
Los nuevos refugiados que llegaban a Grecia eran trasladados al ya desocupado campo oficial de Moria, pero las condiciones, que ya eran malas antes, han dado un giro que nadie esperaba. Una vez “instalados” en la antigua cárcel helena, son retenidos sin comida ni atención médica alguna, y, por supuesto, ningún tipo de ayuda por parte de los voluntarios, que llevan días a las puertas manifestándose e intentando pasar comida a través del enrejado. Un gran ejemplo de cómo ejercer los derechos humanos, definitivamente.
Idomeni aguardaba el mismo golpe, seguros de que serían los siguientes, lo que acrecentó las tensiones y provocó que las manifestaciones aumentaran en número y fuerza. Los días pasaban y daba la sensación de que nada iba a cambiar, pero pronto nos dimos cuenta de que no era así.
Con el campo greco-macedonio las autoridades tienen mucho más cuidado, porque 15.000 personas unidas pueden ocasionar muchos problemas y eso no le interesa a nadie. De modo que de una manera paulatina, ACNUR, junto a las autoridades griegas, se ha dedicado a transportar gente de Idomeni a campamentos alternativos, ya sea fuera de la provincia o simplemente en otros puntos de la misma.
Aseguran que la gente se está marchando voluntariamente y que en otro lugar podrán estar mejor atendidos, y muchos, cansados de estar estancados aquí, se aferran a un clavo ardiendo y deciden marchar sin saber a dónde.
Los helicópteros sobrevuelan la zona todos los días, y la presencia policial y militar ha aumentado mucho en muy poco tiempo. Estos “nuevos campos” están controlados, ya no por las autoridades griegas, sino por dichos militares, de una manera constante, y son todos recintos vallados. Mera coincidencia, por supuesto.
Lo cierto es que, lo admitan o no, han decidido proceder con un “divide y vencerás” muy discreto que parece estar funcionando.
Cada día hay menos tiendas de campaña en Idomeni y menos gente, y tememos que este sea el principio del fin para los refugiados. Una vez separados en pequeñas secciones y alejados de la frontera, serán muchísimo más fáciles de controlar, y en el momento en que comiencen a deportarles de vuelta a Turquía, que es el fin principal de esta “reubicación”, ya será demasiado tarde: separados tendrán mucha menos fuerza.
No es lo mismo enfadar a 15.000 personas al aire libre y a 50 metros de la frontera macedonia que además están atrayendo las miradas del mundo mediático, que a grupos de poco más de un millar como mucho repartidos por distintos puntos del país y que pueden ser fácilmente pasados por alto.
Y lo cierto es que Europa puede darse unas palmaditas en la espalda, porque cumplen con su parte del trato a su manera, y como el tratado ya era una vulneración de los derechos humanos en sí, el fin justifica los medios y nadie le cuestiona ni lo uno ni lo otro.
Y, lo mejor de todo, es que no les importa cómo o si Turquía también es fiel a lo acordado, porque hasta el momento sabemos que miles de personas han sido devueltas a sus países de procedencia, que por supuesto aún se mantienen en conflicto, como un secreto a voces, porque en el fondo no le importa a nadie. Es de entender, pues probablemente con los 6.000 millones de euros que le dio Europa, el país turco no tenía suficiente para darles el palacio y festines diarios prometidos a todos.
Por esto nosotras y muchos de los voluntarios presentes en la zona, animamos a las personas a resistir, porque tememos que el siguiente paso de Europa será el de, como en las islas, decidir que los derechos humanos solo se atribuyen a los procedentes de tierras propias, porque haber nacido en cualquier otro lugar te quita humanidad, ¿o quizás será al contrario?
Carlos Garcia dice
Hay que convocar a los trabajadores Griegos y de toda Europa a Apoyar a los Refugiados y luchar contra lad imposiciones de la comunidad europes al pueblo Griego y las medidas xenofabas impuestS a los refugiados.